Cada tipo de piel tiene sus necesidades específicas. Selecciona tu afección y recibirás asesoramiento dermatológico y las soluciones para el cuidado de la piel que necesitas.
NUTRE
TU PIEL
Mientras te sometes a los tratamientos contra el cáncer, tu piel se volverá más sensible y puede volverse más frágil con el tiempo. Ahora es el momento de mimarse adoptando una rutina diaria de nutrición de la piel. Es importante ser consciente de lo que necesita tu piel y ofrecerle la mejor protección y confort utilizando cremas, bálsamos hidratantes y cuidados adaptados a las pieles sensibles y frágiles.
Como la piel del rostro está expuesta diariamente a los rayos UV, a la contaminación y a todo tipo de agresiones externas, se ensucia más rápido que el resto del cuerpo. Para preservarla, empieza por limpiarla cuidadosamente cada mañana y noche.
Para cuidar tu piel durante los tratamientos, puedes aplicar una crema generosa en el rostro y en el cuerpo cada mañana y noche. Además de penetrar rápidamente y calmar la piel, este producto previene los fenómenos de xerosis, irritaciones y picores.
CITANDO
AL EXPERTOPr Brigitte Dreno Jefa del Departamento de Dermato-Oncología, Directora de la Unidad de Terapia Celular y Genética, Vicedecana de Investigación de la Facultad de Medicina de Nantes.El cuidado cosmético diario es esencial para proteger la piel de los daños asociados a los tratamientos frente al cáncer. Garantiza una mejor calidad de vida durante el tratamiento.
UNA RUTINA
PARA MI ROSTRO Y CUERPO
No olvides hidratar tu cuello y tu escote, si eres mujer. Cuanto más corta sea la lista de ingredientes, mejor. Ten siempre presente que la mejor y más importante protección solar es tu ropa. Una advertencia: no debes utilizar ninguna crema con base hormonal si tienes cáncer de mama.
UNA RUTINA
PARA MIS MANOS Y PIES
Las manos y los pies necesitan una atención especial. Pobres en glándulas sebáceas, son menos ricas en sustancias grasas protectoras. Tienden a resecarse más rápidamente, sobre todo bajo el efecto de múltiples agresiones externas (frío, fricción de los zapatos). La piel puede agrietarse y volverse dolorosa. Varias acciones clave deben formar parte de tu vida diaria.