El acné es una afección benigna muy común y el principal motivo de consulta al dermatólogo. Es una dolencia que afecta a aproximadamente el 60 % de los adolescentes, pero también a por lo menos un tercio de las mujeres de más de 35 años. Por lo tanto, es una dolencia muy común y en ocasiones puede tener un importante efecto en la calidad de vida. Se encuentra principalmente en el rostro, pero también en la espalda, el pecho y algunas veces en el cuello y los hombros. El acné suele preceder a la pubertad; puede ser uno de los primeros signos de la pubertad y en ocasiones afecta a los varones de entre 14 y 17 años y a las mujeres, un poco después, entre los 16 y los 19 años. Es una afección que puede durar años y volverse crónica o puede durar solo unos pocos meses. Entonces, a veces se trata de tener paciencia nada más y seguir el tratamiento de manera correcta porque puede tardar en desaparecer.

En primer lugar, la herencia, que, en el algunos casos, es sumamente importante. Los síntomas asociados con el acné hereditario deben estudiarse, en especial, cualquier síntoma que indique un trastorno sanguíneo hormonal, como presencia excesiva de vello, trastornos menstruales o sobrepeso. Otros factores que deben investigarse son si el paciente toma medicamentos como corticoesteroides orales, o ciertas drogas psicotrópicas o antiepilépticas. El estrés, los factores ambientales como el clima húmedo, la contaminación y muchas sustancias controversiales presentes en el ambiente también pueden afectar el acné. El acné no es, de ninguna manera, una contraindicación para usar maquillaje. No obstante, el maquillaje que se use debe ser no comedogénico y debe estar dermatológicamente probado. De lo contrario, puede empeorar el acné.