… Y CÓMO PENSAMOS
SOBRE LA PIEL
La piel alberga su propia población específica. De hecho, cada cm2 de piel alberga miles de millones de microbios – bacterias, virus, hongos y hasta ácaros, que viven en cada capa de la piel e incluso en nuestra grasa subcutánea. No hay duda: el crecimiento microbiano está profundamente embebido en nuestros cuerpos. Define y comunica la verdadera naturaleza de nuestro ser.
EL SER HUMANO:
UNA COLONIA CON PATAS
Como un hormiguero gigante, nuestros cuerpos son, en realidad, colectivos de organismos; cada uno de ellos hace su parte para mantener la salud del conjunto. La mirada sensacionalista de que "los bichos son malos", originaria de la era victoriana, pertenece a los libros de historia, no a las rutinas de cuidado diario. Si empezamos por el lado humano del asunto: cada uno de los ambientes que forman los muchos "paisajes" densamente poblados de nuestro cuerpo resulta acogedor para sus incontables huéspedes. La piel, por ejemplo, proporciona humedad y calor, como también oligoelementos y fuentes de carbono y nitrógeno para mantener contentas a las hordas de residentes. A cambio, nuestros microbios moradores cumplen incontables funciones para mantener saludables sus hogares.
- En los intestinos, las bacterias producen vitaminas, colaboran con la digestión y regulan el sistema inmunitario.
- En la superficie de la piel, las bacterias secretan moléculas dirigidas a atacar especies patógenas y evitar que colonicen la piel.
- Además constituyen una barrera física contra los irritantes y los alérgenos y también interactúan con el propio sistema inmunitario de la piel para disminuir la inflamación y la excesiva reactividad.
Ha llegado la hora de abrazar la entidad diversa que eres. ¡Cuida tus bacterias y ellas simplemente podrían devolverte el favor!
2 The Role of Cutaneous Microbiota Harmony in Maintaining a Functional Skin Barrier Hilary E. Baldwin, Neal D. Bhatia, Adam Friedman, Richard Martin, Sophie Seité